sábado, 1 de noviembre de 2008

Ser Niño

Creado por Miguel Pérez Gaudio, periodista, investigador social y rector del Colegio Universitario de Periodismo.

Contacto: miguelperezgaudio@cup.edu.ar (Solicita q le envien comentarios)

lunes, 12 de mayo de 2008

Diagnóstico de nuestras escuelas

Para los padres, el clima social influye en la violencia escolar
No se sienten los únicos responsables
"Nuestros chicos son los hijos del piquete y del cacerolazo." Clarisa Rueda de Morrone, madre de dos alumnos del colegio San Martín de Tours, de Palermo, cree que el clima social es el detonante de la creciente violencia juvenil en las escuelas. "Las conductas violentas las aprenden en la casa, pero también en la televisión, en la calle, en el deporte, en la agresividad de los dirigentes y en la situación de conflicto diario que vive nuestro país", dijo, al responder a la visión transmitida por el ministro de Educación, Juan Carlos Tedesco, que hace dos semanas había atribuido a los adultos, especialmente a los padres, la responsabilidad por los episodios de violencia escolar. La opinión de Morrone es compartida por muchos padres, según testimonios recogidos por La Nacion. Se trata de un problema que todos reconocen como creciente y que tiene vinculación directa, dicen, con el relajamiento en las normas de conducta, la falta de límites y la influencia de los medios, especialmente la TV, en los chicos. "Los padres son los que tienen la mayor responsabilidad, pero no son los que más tiempo están con los chicos. En las escuelas pasan entre cuatro y cinco horas, y es muy difícil encontrar una familia en nuestros barrios que pase tanto tiempo con los hijos', dijo Héctor Hugo Salatino, profesor de institutos superiores de formación docente desde hace 26 años, al admitir la misma preocupación. En una entrevista con LA NACION, Tedesco había dicho que la raíz del grave problema no está en los colegios ni tampoco en los chicos. Y se preguntaba: '¿Dónde aprenden los chicos estas conductas y quién se las está enseñando? No es la escuela ni son los maestros'. 'El argentino, en general, es transgresor. Pero la responsabilidad es propia de los que dan el ejemplo, que son todos aquellos que asumen algún liderazgo. No se piensa que uno es el primero en dar el ejemplo. Esto no es de ahora: lleva décadas', dijo Alicia Carballo, madre de un alumno de secundaria de un colegio bilingüe de la zona norte. 'Desgraciadamente, la violencia se arraiga cada vez más en la sociedad', advirtió. 'Las sucesivas crisis del país han minado el espíritu de muchos. Un país sin meritocracia, donde está generalizada la idea de que no ganan más quienes más se esfuerzan, lleva a la desazón y al desánimo. Eso lo perciben los hijos', dijo Carballo. 'Los niños son lo que ven y escuchan. Y vivimos en una sociedad que cada vez respeta menos al otro y donde los medios de comunicación transmiten mensajes que hacen creer que lo correcto es lo incorrecto. Eso influye en la pérdida y la degradación de valores fundamentales', opinó Clarisa Rueda. Gravitación de los medios El poder amplificador de los medios de comunicación en lo que hace a malos ejemplos, conductas violentas y destructivas, asoma en las preocupaciones de los padres. 'Basta con prender el televisor. Desde los piquetes a cara cubierta y palos, hasta los noticieros que compiten en mostrar cada vez más detalles de asesinatos y violaciones, o las series en las que matar es algo normal, todos desvalorizan la vida humana', dijo Graciela Crosbie de Guglielmetti, madre de un alumno del secundario de la Escuela Argentina Modelo. 'Frente a programas que hacen culto de la viveza criolla, la burla y la inmoralidad, y donde todo es relativo y justificable, a los padres nos cuesta cada vez más educar a nuestros hijos. Lo bueno, lo valioso, lo ejemplar, se toma como antiguo y absurdo. Es como remar siempre contra la corriente', dijo entristecida. Pastor Jiménez, padre de una alumna de 5° grado del Colegio San José Obrero, de San Francisco Solano, también cree que es muy difícil imponerse frente al poder de la TV. 'Estamos todo el día afuera; tenemos que trabajar; llegamos cansados y no hay tiempo para conversar', dijo, con culpa. 'Hoy aprenden todo de Internet. También de los celulares: bajan los videos de las peleas escolares y se mandan las fotos por mensajitos', se quejó María Isabel González, madre de tres alumnos de 5º, 7º y 9º año de Berazategui. Isabel del Carril, madre de una alumna de secundario del Liceo Francés, pone el dedo en la llaga: 'Todos los adultos somos responsables por omisión, comenzando por el Estado y los propietarios de los medios de comunicación. ¿Cómo educarán a sus hijos los dueños de los canales de televisión? ¿Les pondrán freno a las escenas de violencia?', reflexionó. Límites y coraje El ministro Tedesco pidió límites y coraje para combatir la permisividad. En eso coinciden muchos adultos consultados, que hicieron una autocrítica. 'Deberíamos conocernos, reunirnos con los padres de los chicos que participan del entorno de nuestros hijos. Tenemos la obligación de hacernos un tiempo', dijo María Isabel González, de Berazategui. 'Hay que tratar de fijar normas de convivencia y hacernos tiempo para escuchar a nuestros hijos y entender su vocabulario para acompañarlos y estar más cerca de ellos', agregó. 'Tenemos muchísimos casos de padres que vienen a la escuela y nos dicen: «Pónganle límites porque en casa ya no sabemos cómo hacerlo». Pero cuando la escuela adopta una medida, aparecen padres sobreprotectores que amenazan con denuncias y juicios porque sienten que no se debe poner ningún límite a sus hijos', advirtió el padre Salatino, representante de una escuela del Obispado de Quilmes. Dijo: 'En muchos casos, docentes y directivos se encuentran en una encrucijada por la falta de responsabilidad de los padres, que no asumen su rol de primeros educadores'. Y concluyó: 'Más que de permisividad, debemos hablar de verdadero abandono de los padres, de los docentes y del propio Estado, que no tiene una profunda política educativa que vaya más allá de la mera contención en las escuelas'. Para la terapeuta familiar Alicia Zanetti de Savanti, la violencia excede el ámbito de la escuela, pero no exime a ésta de su responsabilidad específica. 'Cada vez que al cuidado insuficiente de los padres se suma la ausencia sistemática de los maestros, los niños quedan solos, a expensas de la difusión de modelos identificados con la imposición de la fuerza como método más rápido y eficaz para la resolución de conflictos', explicó.
Por Carmen María Ramos
Para LA NACION

*La Academia Nacional de Educación expresó ayer su preocupación 'por la repetición de episodios de violencia que se ha venido produciendo en algunas escuelas del país'. Pidió encarar 'urgentes medidas preventivas' y 'reconstruir la alianza entre familia y escuela, que en el pasado se basó en la efectiva colaboración de los padres'. Además, reclamó la 'invalorable ayuda de los medios de comunicación'.
Aporte de Gaby Campodonico (docente de Sta Fe)

jueves, 22 de noviembre de 2007

tutores desde Buenos Aires

Tuve conocimiento de este blog mediante Silvina Theuler, ella fue capacitadora en nuestra Escuela durante el año pasado.
Soy coordinadora del equipo de Tutores de la Escuela de Educación Media Nº 1, Rodolfo Walsh, somos 9 en total (1º,2º y 3º años), y desde el año 2001 venimos transitando este difícil y hermoso camino del "profesor tutor". Y digo difícil por la variedad de temas que se nos abren a la hora de acompañar y sostener a los chicos: situaciones personales y familiares que viven, poco estímulo a la hora de estudiar, escasa motivación para el esfuerzo....otros profes que con su comentario "no sé qué le pasa a tus chicos, no quieren hacer nada...", nos colocan en esa posición de perplejidad ante la cual debemos reafirmar son "nuestros chicos..." Pero a no desanimarse!!! es una tarea que se va construyendo y eso es justamente lo más maravilloso, esta posibilidad de probar, de inventar, de crear, de aprender al lado de los chicos.
Me pareció muy interesante la idea de crear un blog, es una tarea que facilita el contacto con otros, con sus experiencias, sus problemas y sus éxitos.
Desde la Ciudad de Buenos Aires les mandamos nuestros mejores deseos para que logren los objetivos que se proponen! Seguimos en contacto!
María Teresa Bertazzo

sábado, 20 de octubre de 2007

Impacto de las TIC en la educación

Un interesante video de como se puede aplicar las TIC en las aulas.

Si no puedes verlo bien: abri este enlace: http://www.youtube.com/watch?v=PZnQSnN3O5A

Medios y Educación

Por Natalie Pilagatto
Sabemos quienes critican la influencia negativa de la televisión y quienes son los principales culpables directos de que esto este ocurriendo, pero como cómplices de primera mano es el publico. Éste es quien deja que estos tipo de programas como ser “Gran hermano”, “Showmatch”, y todo lo que deriva de ese programa bailando, patinando y hasta el “nadando” que una vez Tinelli dijo que quisiera hacer para el diario La Nación. Si este descontento existe en la sociedad, porque en la mayoría de los casos la gente se queja de lo que brindan estos programas, pero luego son lo primeros que los consumes, lo que queda es solucionarlo. ¿Pero cómo?
Por una parte la educación debe fortalecerse y los chicos deben diferenciar entre que es producto de grosería como es el baño del caño, o si realmente es entretenimiento. Ellos deben saber como distinguir que es lo que le esta ofreciendo la televisión, esto también es para aquellos adultos que también lo consumen y por tal motivo sus hijos lo terminan mirando porque luego es el centro de conversación de la familia.
La Academia Nacional de Educación de Argentina advirtió sobre las consecuencias negativas que algunos programas de televisión “producen al cuerpo social, especialmente a los sectores de menor nivel educativo, los niños y jóvenes”. El pronunciamiento no hace referencia a programas ni conductores, a pesar de las grandes críticas que son moneda corriente hacia los programas “Showmatch” y “Gran Hermano”, emitidos en el prime time de los canales con más rating.
El presidente de la academia, Horacio Sanguinetti, criticó el hecho de que “en vez de ser el gran aliado de la educación, los medios son muchas veces su principal adversario”. Asimismo, los académicos atribuyeron la principal responsabilidad del deterioro de las producciones de TV al Comité Federal de Radiodifusión (Comfer), porque se desentiende de las infracciones y no aplica las sanciones previstas en la ley 22.285. Información publicada por el diario La Nación (Argentina).
NOTA:
Para realizar la argumentación elegí el primer texto y como hipótesis elegí esta:“Existe cada vez más en nuestra sociedad un profundo descontento por el deficiente nivel cultural de la mayoría de los programas que difunden la radiofonía y la televisión en sus emisiones cotidianas, con unas pocas y contadas excepciones”.
Aquí fueron claramente especificados cuál y quienes tienen que movilizarse para que estos programas no tengan el rating que tienen y en lo cual preocupa de manera intensa cada día en los pensamientos de los jóvenes. Aquellos que tienen que decidir que sale al aire y que no que empiecen a poner un poco de límite a la situación. También para algunos noticieros que se permiten contar a veces sobre lo que pasa o no en esos programas, sean amables déjenselo a demás sectores y notifiquen que hay cosas mas interesantes de que informarse.
Fuente: http://www.dialogica.com.ar/unr/postitulo/redaccion/2007/09/medios_y_educacion_2.php

miércoles, 17 de octubre de 2007

La escuela y la educación de los sentimientos (comentario)

silvinatheuler dijo...
Hola Ramón: qué bueno el artículo que compartís con nosotros!!! De más esta decir, que acuerdo totalmente acerca de la necesidad de reflexionar sobre este tema quienes compartimos diariamente espacios con adolescentes, para "elegir", nosotros si, desde nuestro lugar de adultos, cual será nuestro legado hacia nuestros jóvenes,que ciertamente son una joven promesa, pero también una frágil y vulnerable realidad. Saludos a todos.Lic. Silvina Theuler

martes, 9 de octubre de 2007

La escuela y la educación de los sentimientos

por Emilio Tenti Fanfani
Revista Criterio
Notas sobre la formación de los adolescentes
En una sociedad que vive profundos procesos de transformación social y cultural que ponen en crisis todos los ámbitos de vida de los individuos, ¿qué puede y debe hacer la escuela de hoy?
En un colegio italiano un chico de 17 años asesina con una navaja suiza a su ex novia de 16. Este hecho pudo suceder en cualquier institución educativa de muchos países. La violencia en la sociedad es también violencia en la escuela. Pero cuando implica a jóvenes menores de edad el hecho conmociona a la opinión pública. Frente al acontecimiento hay dos posturas radicalmente opuestas. Una es el silencio. La expresa muy bien la vicedirectora del establecimiento italiano (y muchos otros comentaristas) cuando dice lapidariamente: "frente a semejante tragedia, no hay nada que podamos decir". Sin embargo, muchos son los que opinan, interpretan, explican, es decir: construyen el hecho.El sentido común se inclina a buscar culpables. ¿Quién tiene la culpa? ¿El chico asesino? ¿Sus padres? ¿Las autoridades y profesores del colegio no tienen alguna responsabilidad en el asunto? El tema de la culpa puede llevar a preguntas equivocadas. Tratándose de menores, más que condenar es preciso buscar explicaciones, interpretaciones. Como hecho individual que compromete a personas concretas y únicas es probable que no tenga explicación. Una acción de tal gravedad quizá nunca sea develada en su verdad completa. Siempre estará rodeada de ese fondo de misterio que envuelve a tantas cosas importantes de la vida de los seres humanos.Pero la violencia juvenil entre pares es también un hecho social. No ocurre sólo una vez; ha ocurrido muchas veces en el pasado, y probablemente vuelva a ocurrir en el futuro. Como fenómeno social se traduce en porcentajes y frecuencias; tiene una lógica, es decir, no es una realidad completamente arbitraria. El análisis social puede encontrar asociaciones, regularidades, factores vinculados, circunstancias típicas. Por eso resultan interesantes otras preguntas como las que al respecto formuló el filósofo Umberto Galimberti* al reflexionar acerca del silencio como actitud típica de los docentes del establecimiento donde ocurrió el hecho. ¿Es posible que los profesores que comparten cada día del año escolar alrededor de cuatro horas con los chicos no lleguen a conocerlos más que como alumnos de sus respectivas materias, sin siquiera intuir qué es lo que tienen o no tienen en su cabeza y en su corazón? Vale la pena reproducir textualmente el razonamiento de Galimberti:"Los profesores entran a clase. Pero, ¿miran realmente a estos muchachos a la cara? ¿Los miran uno por uno? ¿Los llaman por su nombre? ¿O sólo por su apellido cuando les toman examen?¿Saben que los jóvenes con los que día a día trabajan tienen una fragilidad emotiva impresionante, no por culpa de sus profesores sino de las muy rápidas transformaciones económicas, sociales y tecnológicas a las que están sometidos? ¿Saben que si la emoción no encuentra el vehículo de la palabra recurre al gesto: gesto truculento de amor y gesto truculento de violencia?Pero ¿quién debió enseñar a estos muchachos a hablar, a utilizar esa abundante literatura que está a su disposición, donde lo más importante es cómo la emoción encuentra la forma de palabra, de poesía y de sublimación del amor y del dolor? A esa edad, la literatura o es educación de las emociones, o más vale dejarla de lado y poner a los estudiantes frente a una computadora para hacerlos eficientes en esta práctica visual y manual. Nos damos cuenta de que las emociones explotan en la adolescencia cuando los hijos frenan, si no cierran, la comunicación en la familia y la única salida comunicativa se encuentra en el ambiente escolar, el que debe trabajar sobre estas emociones. Más aún: ésta es su primera tarea, porque sin emociones no se crea ningún interés y sin interés no hay voluntad de aplicación. Si la escuela expulsa de su ámbito la educación de los sentimientos, la emoción (siempre que no se traduzca de modo trágico) está a la deriva, sin contenidos donde aplicarse, oscilando indecisa entre impulsos de rebeldía y tentaciones de abandono, recalando en lugares tales como el mundo de la discoteca, del alcohol y la droga, aunque sean ejemplos extremos. Es sabido que no hay aprendizaje sin gratificación emotiva y el descuido de la emotividad es el riesgo máximo que hoy corre un estudiante en la escuela. No se trata de un riesgo menor: porque si la escuela es el ámbito donde se ofrecen los modelos de siglos de cultura, y esos modelos sólo se aprenden como contenidos de la mente sin convertirse en esbozos formativos del corazón, el corazón comenzará a transitar inquieto, cuando no de manera trágica, sin horizonte, en esa nada que ni siquiera el fragor de la música juvenil logra disfrazar. Cuando hablo de "corazón" me refiero a aquello que en la edad evolutiva irrumpe en la vida con esa fuerza desordenada y generativa sin la cual difícilmente los adolescentes encuentren el coraje de proseguir la empresa. El saber transmitido en la escuela no debe sofocar esta fuerza sino ponerse a su servicio para permitirle una expresión más articulada en términos de escenarios, proyectos, inversiones, intereses. En definitiva, lo que queda es la vida. Y el saber es el mejor instrumento para expresarla. No le pido a los docentes que se hagan cargo de la existencia de los jóvenes. No pueden hacerlo. Deberían haber tenido otra formación. Sólo pido que reflexionen sobre un breve fragmento de Freud, que en 1910 escribía: 'la escuela secundaria debe conseguir algo más que evitar el suicidio de los adolescentes. Debe suscitarles el goce de vivir... Me parece indiscutible que no lo hace y que en muchos aspectos no está a la altura de su misión que es la de ofrecer un sustituto de la familia y despertar el interés por la vida que se desarrolla en el exterior, en el mundo'".
Todos conocemos dos figuras docentes típicas. Una es la maestra (a veces "el" maestro) de nuestra vieja primaria; la otra es el profesor de la secundaria. La primera establece una relación que tiende a la totalización. No se ocupa de enseñar una disciplina, ni únicamente de proveer conocimiento. La maestra enseña "las cosas de la vida". No sólo se dirige a la mente del niño sino también a su corazón. Difunde conocimientos acerca de las cosas de la naturaleza y la sociedad en que vivimos, pero también enseña criterios para distinguir lo que está bien de lo que está mal, lo que es bello de lo que es feo. Su interlocutor es el niño y no sólo el alumno ("niño que frecuenta la escuela").Es muy probable que conozca a "sus" niños en el conjunto de relaciones y ámbitos de vida que lo definen como agente social, y no sólo como aprendiz. Conoce su nombre y su apellido, a su familia, cuántos hermanos tiene, cómo y dónde vive. Está en condiciones de conocer también sus inclinaciones, sus gustos, sus cualidades afectivas, morales, sus inclinaciones, sus proyectos e incluso algunas de sus fantasías. A su vez, el niño tiene una relación total con su maestra. La percibe como una prolongación de la familia y le adjudica autoridad sin mayores conflictos, condición necesaria para el éxito de cualquier empresa pedagógica. Por lo general, el niño confía en su maestra y la quiere. Sabe que puede contar con ella; que puede hablar de temas extracurriculares, es decir, de situaciones y problemas que vive fuera de la escuela. La maestra es alguien con quien los niños pueden contar, como con sus padres, hermanos y otros miembros de su entorno familiar. El profesor de secundaria es un profesional especializado. Por lo general, su trabajo no se concentra en un solo establecimiento. Su relación con el saber es parcial, fragmentada, disciplinaria en el sentido tradicional del término. El profesor de matemática "maneja" sus contenidos curriculares, pero no tiene porqué saber ni siquiera de historia social de la matemática. El adolescente que tiene ante sí durante el tiempo que dura su clase (no la jornada) es simplemente un alumno a quien por lo general identifica por su apellido. No sabe mucho de él, es raro que conozca su entorno familiar significativo. Sólo lo conoce cuando surgen problemas graves de conducta o de rendimiento escolar. Su visión del alumno es extremadamente parcial. No la corrige o enriquece mediante la interacción con sus colegas, que probablemente tengan acceso a otras facetas del mismo alumno. El profesor de química no sabe, y no tiene porqué saber, que esa chica con tantas dificultades en el aprendizaje de su materia es una apasionada de la literatura. Y viceversa. Quién se ocupa del adolescente en la escuela secundaria? En muchas instituciones existió la figura del tutor, es decir, un adulto cuya tarea consiste precisamente en acompañar el aprendizaje y la experiencia escolar de los adolescentes en cuanto personas totales. Esa figura casi ha desaparecido de la mayoría de los establecimientos educativos públicos argentinos.. La función de acompañamiento, de guía y orientación cognitiva, afectiva, emotiva de los adolescentes, la función de articulación (entre docentes, entre institución y familia, entre institución y la comunidad) ¿son superfluas e improductivas?. No interesan a nadie, ni a la administración ni al sindicato (que propicia la multiplicación de los puestos y el aumento de los salarios). ¿Quién se ocupa de los adolescentes que ni siquiera tienen una familia estructurada y en condiciones de sostenerlos en el difícil tránsito de la adolescencia a la juventud y la vida adulta, de la heteronomía a la autonomía? La escuela no puede todo, pero la escuela de hoy, en general, no está a la altura de sus posibilidades y responsabilidades potenciales. Más aún en una sociedad que vive profundos procesos de transformación social y cultural que ponen en crisis todos los ámbitos de vida de los individuos, desde la familia y el barrio, hasta la escuela y el empleo. ¿Quién se hace cargo de las tareas de reproducción biológica y cultural de una población donde la familia es diversa y está dotada de menores recursos y capacidades; el barrio, una realidad cada vez más anónima y anómica; la cultura, al igual que un mercado, ofrece valores, estilos, gustos, sentidos tan diversos como contradictorios; el trabajo ya no integra; los sistemas públicos de prestación social están en crisis y los individuos quedan, cada vez más, librados a su propia iniciativa y recursos para hacer frente a los problemas de subsistencia y a todos los riesgos que comporta la experiencia vital (la salud y la enfermedad, la seguridad, la vejez, los accidentes, el desempleo, las incapacidades temporarias o permanentes)? Mientras se siga insistiendo en mercantilizar la producción misma de la existencia social incluyendo los servicios necesarios, básicos, vitales, estratégicos y universales (seguridad, justicia, salud y educación), los síntomas de este individualismo negativo se multiplicarán. La integración de la sociedad es un resultado azaroso y casi milagroso más que un objetivo social y conscientemente perseguido. La formación de las subjetividades en este contexto se torna extremadamente compleja. Algunos (por lo general sectores dominantes y/o con una fuerte identidad e integración) tienen capacidad para diseñar y controlar sus propios sistemas de subjetivación y por lo tanto de reproducirse como grupo. Otros (por lo general los grupos socialmente dominados) viven la experiencia de la desintegración en todos los niveles y experimentan dificultades crecientes para mantenerse integrados al conjunto social. Muchos de ellos se han desarticulado de él: no le aportan nada y tampoco reciben nada. "Sobran" y tienden a adquirir una existencia más aritmética que real. O bien, cuando "existen", son "población objeto" de la "caridad pública" y corren el riesgo de ser manipulados por agentes gubernamentales y diversos tipos de intermediarios. Por lo general son una categoría estadística ("los que viven en hogares situados debajo de la línea de la pobreza"), pero tienen cada vez menos posibilidades de hacer oír su voz, de articular sus fuerzas, de constituirse en un actor colectivo autónomo, capaz de participar con cierta eficacia en las arenas donde se disputan los principales juegos sociales que tienen por objeto definir reglas y orientar recursos. Cada vez son más y cada vez cuentan menos. ¿Cómo transcurre el proceso de socialización en estas condiciones? ¿Qué sucede cuando las estructuras familiares, laborales, barriales) que organizaban la vida cotidiana de los individuos se transforman bruscamente? ¿Qué huellas imprimen sobre sus propias identidades, sobre el sentido de la vida, el uso del tiempo y el espacio?La experiencia convierte al pasado en una especie de paraíso perdido, se tiende a exagerar sus elementos positivos, mientras el futuro se convierte en un "no lugar", o el lugar del miedo y la inseguridad. ¿Cómo se reorganiza la vida cotidiana del desempleado? ¿Cómo emplea su tiempo quien ya no tiene horarios que respetar, cosas para hacer, plazos que cumplir? ¿Qué sucede con la subjetividad de quien pierde los lazos sociales que lo vinculaban a una familia? ¿Qué sucede con los niños y adolescentes que de alguna manera "pierden" a sus padres por razones materiales (muerte, ausencia, sobreocupación). ¿Quiénes son sus referentes inmediatos? ¿En quién confía? ¿A quiénes puede pedir consejo? ¿A quienes recurre en caso de conflicto o necesidad? ¿Con quienes comparte temores y esperanzas, sueños, ambiciones y proyectos? ¿El grupo de pares basta para garantizar el desarrollo afectivo, moral y cognitivo de los adolescentes? ¿Qué significan "los amigos" en esa edad y en determinados niveles sociales? ¿Qué función cumplen la escuela y el colegio en contextos de aislamiento y desintegración social? ¿De dónde extraen los jóvenes los esquemas de orientación que les permitan escoger entre las múltiples y contradictorias opciones que les ofrece el mercado de los modelos de vida y comportamiento (gustos, consumos, sistemas éticos, estéticos)? ¿Cómo orientarse en este laberinto cultural que caracteriza a las grandes urbes de Occidente? ¿Cómo elegir la "tribu" en la que uno quiere vivir? En este contexto donde predomina la lógica del mercado incluso en el campo de la producción y difusión del sentido del mundo, ¿quién verdaderamente "elige" su modo de vida y su identidad? ¿Acaso los chicos "deciden" qué tribu frecuentar o qué consumos musicales realizar? Quizás detrás de la desinstitucionalización de la sociedad no nos espera ni la autonomía, ni la libertad, ni la subjetivación, sino el determinismo más ciego y arbitrario de las cosas sociales. Es probable que en estas condiciones los individuos no sean más libres, sino que en el mejor de los casos se convierten en objeto de conquista del marketing permanentemente a la caza de consumidores, no sólo de productos materiales, sino también de ideas, de sentidos, de representaciones, e incluso de identidades del más diverso tipo, desde deportivas hasta religiosas.Éstas y otras preguntas deberían constituir temas de reflexión de todos aquellos que de una u otra forma tienen responsabilidades específicas en la formación de las nuevas generaciones.*
"Le emozione dei giovani e il silenzio degli adulti". La Repubblica, 13 febbraio 2001.
El autor es profesor titular ordinario de la UBA, investigador del CONICET y consultor del IIPE/UNESCO. Acaba de editar Educación media para todos. Los desafíos de la democratización del acceso. Altamira, Buenos Aires 2003.
Lic. Dolores Pereira DuarteComunicación
- Revista CRITERIO-
Buenos Aires - Argentina
Fuente:
http://www.paginadigital.com.ar/articulos/2004/2004cuart/educacion/e1171610-4.asp
Publicadopor: Ramón Manzur-IPEM 321- Córdoba-Argentina

domingo, 7 de octubre de 2007

SE HACE TUTOR AL ANDAR

Hola a todos los profes!!!!

Soy Silvina y me da un gusto enorme que este proyecto del blog se haya concretado con tanta rapidez y que ya comencemos a disfrutar de encontrarnos y de compartir nuestras experiencias, dudas y hallazgos. Como verán los que disfrutan del navegar por la red, encontrarán distintas experiencias y conceptos acerca de lo que es la tutoría. Mi aporte sigue siendo el mismo de las Jornadas en que participamos: una tutoría para cada escuela. Con esto nuevamente, y aunque suene a reiterativo, les quiero transmitir mi convicción de que cada uno de uds. nuevos tutores y tutores en ejercicio, deben construir su rol, haciendo, y sobretodo, mirando y escuchando a sus pibes, dándoles la palabra, permitiendo la expresión. De esta escucha atenta y sin prejuicios, podremos construir algo de lo que hoy necesitan nuestros alumnos de un adulto dentro de la escuela. A la distancia, nos seguimos acompañando y queda abierto este canal de comunicación. Un abrazo para todo y un gracias en especial para Ramón, quien gestionó que esto fuera posible.
Lic. Silvina Theuler

viernes, 5 de octubre de 2007

Que bueno es comunicarnos!

Me parece espectacular el espacio para poder comentar articulos. Creo que muchas veces crecemos juntos con nuestros adolecentes y ese rol se va fortaleciendo. Pero en éste crecimiento las Instituciones nos tienen que acompañar para que nuestro rol pueda tener las influencias necesarias que se buscan . Es lamentable tener disposición y que las instituciones le den un papel de auxiliar dentro del proceso de enseñanza -aprendizaje.Hasta la vista desde Salta.

jueves, 4 de octubre de 2007

El rol del tutor

Encontre este articulo en esta dirección de internet: http://educacion.idoneos.com/index.php/355333 y queria publicar un parrafo para su analisis y comentarios.
El rol del tutor

El papel del tutor en la atención de necesidades educativas especiales

Existen diferentes formas de ejercer el papel de tutor: ser un tutor con influencia, neutral o despreciado.

El tutor con influencia: es una persona clave en el apoyo educativo y es capaz de identificar la diversas necesidades de los alumnos y del grupo de aprendizaje y es la persona a la quien primero recurre el sistema de comunicación del centro educativo.

El tutor neutral: es un tutor probablemente dispuesto a intervenir, pero se le asigna un papel auxiliar que no le permite asumir responsabilidades con autonomía.

El tutor despreciado: se encuentra en una posición pasiva que carece de toda influencia. Su misión en básicamente administrativa y tiene un perfil claramente burocrático.

Necesidades de los adolescentes, contextos y ambientes tutoriales

Existen en la enseñanza secundaria, diferentes formas de intervención del profesor:

Currículo pasivo: se entrega a los grupos segmentos de conocimiento y pueden dejarse desantendidas demandas particulares que si se contemplan en un currículum activo.

En un currículum activo, el profesor es un facilitador del aprendizaje, de manera tal que el seguimiento ya no se realiza por segmentos sino que se amplía el bloque modular y el enfoque es interdisciplinario. El trabajo se integra a través de trabajo grupal, individual y con otros grupos. En definitiva, el adolescente puede desempeñar un rol activo.
esto es solo una parte del articulo, lo pueden ver completo en: http://educacion.idoneos.com/index.php/355333

BIENVENIDOS

Este espacio esta creado con el fin de vincularnos entre todos los tutores que asistimos a las Jornadas regionales de Tutores de Escuela Secundaria, es nuestra aspiraciòn conformar grupos de trabajo (algo así como un “círculo de tutores”) para intercambiar cuestiones de nuestra propia tarea, escribir artículos, organizar algun otro evento, organizar visitas entre las diferentes escuelas llevando las experiencias del propio, o reunirse para participar de un seminario o cualquier otra experiencia que el Programa proponga, o que entre todos diseñemos.
Espero que sea de ayuda a todos y participemos en crear entre todos este espacio.
Ramòn Manzur
rammanzur@hotmail.com
Còrdoba-Argentina

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